Como fisioterapeuta y terapeuta ocupacional, quiero destacar el valor de las pausas activas para cualquier empleado, especialmente aquellos que trabajan en puestos sedentarios, como oficinistas, o quienes permanecen de pie durante largos periodos o realizan sobreesfuerzos físicos. Las pausas activas son una herramienta clave para prevenir lesiones, reducir tensiones musculoesqueléticas y promover el bienestar integral en el entorno laboral.

¿Qué son las pausas activas?

Desde la perspectiva de la fisioterapia y la terapia ocupacional, las pausas activas consisten en una serie de movimientos específicos diseñados para:
• Reducir el estrés y liberar tensiones acumuladas por malas posturas o esfuerzos repetitivos.
• Prevenir lesiones laborales, como contracturas musculares, tendinitis o dolores articulares.
• Lubricar y movilizar las articulaciones del cuerpo (cuello, hombros, muñecas, tronco, rodillas y tobillos).
• Estimular la producción de endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, lo que mejora el estado de ánimo y la concentración.

Beneficios de las pausas activas

Las pausas activas no solo mejoran el bienestar físico, sino también el mental y emocional de los empleados, impactando positivamente en:
1. Prevención de lesiones: Evitan problemas asociados al sedentarismo o a esfuerzos excesivos.
2. Reducción del estrés: Alivian la tensión muscular y emocional acumulada durante la jornada laboral.
3. Incremento de la productividad: Un trabajador relajado y sin molestias físicas tiene mayor capacidad de concentración y motivación.
4. Fomento de hábitos saludables: Introducen rutinas que contribuyen al bienestar general en el trabajo.

Recomendaciones para implementar pausas activas
• Duración: Realizar pausas activas de 10 a 15 minutos cada jornada laboral o, si hay poco tiempo disponible, dedicar de 2 a 3 minutos cada 1 o 2 horas.
• Frecuencia: Lo ideal es integrarlas de manera regular durante el día para mantener al cuerpo en movimiento y evitar acumulación de tensiones.

Ejercicios recomendados

A continuación, comparto una rutina sencilla que puede realizarse en el lugar de trabajo, ya sea de forma individual o en equipo:
1. Movilidad del cuello
• Realiza movimientos suaves de rotación hacia la derecha e izquierda.
• Inclina la cabeza hacia adelante y hacia atrás lentamente.
2. Hombros y brazos
• Realiza círculos con los hombros hacia adelante y hacia atrás.
• Estira los brazos hacia arriba y haz movimientos de apertura y cierre con las manos.
3. Columna y tronco
• Realiza inclinaciones laterales del tronco hacia ambos lados.
• Gira suavemente el tronco hacia la derecha y la izquierda.
4. Piernas y rodillas
• Flexiona y extiende las rodillas alternadamente.
• Realiza pequeños movimientos circulares con los tobillos.
5. Respiración
• Finaliza la rutina con respiraciones profundas: inhala lentamente por la nariz, mantén el aire unos segundos y exhala por la boca.

Conclusión

Las pausas activas son una inversión en la salud física y emocional de los trabajadores. Incorporarlas como parte de la rutina laboral no solo reduce el riesgo de lesiones, sino que también mejora la calidad de vida, aumenta la productividad y fortalece la motivación del equipo. Como fisioterapeuta y terapeuta ocupacional, te invito a tomar la iniciativa y fomentar esta práctica en tu lugar de trabajo para alcanzar un equilibrio entre bienestar y desempeño laboral.

Mtra. Vanessa Chicas

Fisioterapeuta

Terapeuta Ocupacional

Terapeuta Miofuncional