La fibromialgia es un trastorno crónico que fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad desde 1992. En 2022, la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) incluyó la fibromialgia en el apartado de “dolor generalizado crónico”. Esta condición se caracteriza por dolor persistente y generalizado en los músculos y articulaciones, rigidez articular (especialmente por la mañana), fatiga crónica, trastornos del sueño, episodios frecuentes de ansiedad y depresión, y una sensibilidad incrementada a estímulos como la luz, el ruido, los olores y la temperatura.

Es importante destacar que la fibromialgia no se detecta fácilmente mediante exploración física, pruebas de laboratorio o imágenes radiológicas, ya que no es una enfermedad inflamatoria ni autoinmune. Aunque no existe una cura para la fibromialgia, la fisioterapia desempeña un papel fundamental en la mejora de la calidad de vida de los pacientes.

¿Cómo puede ayudar la fisioterapia?

Una de las recomendaciones clave para el manejo de la fibromialgia es el ejercicio físico, y qué mejor que hacerlo bajo la supervisión de un fisioterapeuta. Los ejercicios terapéuticos guían a los pacientes en la realización de actividades adaptadas a sus necesidades, mejorando su movilidad y reduciendo el dolor. Además, la fisioterapia puede complementarse con medicamentos recetados por el médico de cabecera, lo que puede optimizar el control del dolor y la estabilidad física y emocional.

Síntomas adicionales de la fibromialgia

La fibromialgia también puede afectar otras funciones del cuerpo, como la memoria, la concentración y el pensamiento, lo que se conoce como “fibroniebla” o “fibroniebla”. Asimismo, los pacientes pueden experimentar rigidez muscular y articular severa, lo cual puede dificultar la integración de las personas a su vida cotidiana, generando una ligera discapacidad funcional. También es común experimentar hormigueo o entumecimiento en las extremidades, como brazos, piernas, manos y pies.

Otro síntoma frecuente es la fatiga crónica, que se traduce en un cansancio constante y dolor generalizado. Además, las personas con fibromialgia suelen ser más sensibles al dolor, lo que puede contribuir a la aparición de trastornos como la ansiedad y la depresión. Es crucial entender que estos trastornos no son causados por una predisposición personal, sino que están íntimamente relacionados con la enfermedad. El estrés emocional y psicológico puede, en algunos casos, agravar los síntomas y hacer que la fibromialgia sea más difícil de manejar.

Causas y manejo de la fibromialgia

Aunque no se ha identificado una causa exacta para la fibromialgia, se considera que existen múltiples factores desencadenantes, como un evento traumático (accidente o lesión), estrés crónico, predisposición genética o incluso episodios de violencia física.

Aunque no hay una cura definitiva, existen diversas estrategias que pueden ayudar a controlar los síntomas. Estas incluyen la adopción de prácticas para reducir el estrés, la realización de ejercicio físico regular, el uso de medicamentos (bajo supervisión médica) y, sobre todo, el acompañamiento de un fisioterapeuta que pueda guiar el proceso de recuperación.

El rol de la fisioterapia en tu vida diaria

Si sufres de fibromialgia, recuerda que siempre hay opciones para mantenerte activo en tu vida cotidiana. La fisioterapia no solo te ayuda a mejorar tu condición física, sino que también puede contribuir significativamente a tu bienestar emocional y psicológico. Es importante no rendirse, buscar apoyo y recordar que con el enfoque adecuado, es posible contrarrestar los síntomas y mejorar la calidad de vida, tanto a nivel familiar, social como laboral.

En clínica Thera estamos para ayudarte.

Mtra. Vanessa Chicas

Fisioterapeuta

Terapeuta Ocupacional

Terapeuta Miofuncional